Procrastinar: la larga espera

Procrastinar: aplazar, retrasar el momento de realizar algo.

Ésta es la definición de procrastinar, palabra que tanto se usa en las redes sociales cuando se habla de temas de mejora personal y profesional. Y usar este término en lugar de aplazar, que es más coloquial y usado en la mayoría de los contextos, no es más que la afirmación de querer mantenerse en la procrastinación, es decir, en no llevar a cabo aquello que uno sabe que es lo que tiene que hacer. Y la inacción se hace de forma consciente.

Es distinto que aplazar. Aplazar vendría a ser el retraso de algún hecho concreto para una fecha posterior. Uno tiene que aplazar una reunión, la entrega de un pedido, y puede ser como consecuencia de no realizar aquellas pequeñas cosas del día a día que son las necesarias. 

Y ¿qué persigue la procrastinación? 

Hay personas que su forma de estar es simplemente posponiéndolo todo,  probablemente tengan alguno de los siguientes prejuicios: hacer aquello que debería es aburrido, es poco estimulante, es cumplir con mis «deberes», es de gente mayor… y a menudo con 40, 50, 60 o más edad siguen con la misma dinámica.

«Dejar para mañana lo que se puede hacer hoy» es no responsabilizarse, no querer tomar partida y dejarse llevar, porque hacer aquello que toca implica comprometerse, elegir, tomar decisiones y correr el riesgo de equivocarse. Y cometer errores es algo que está sumamente penalizado especialmente por aquellas personas que tienen poca autoestima y que se valoran por lo bien que les van las cosas, que quizás no van tan bien pero están estables y en un equilibrio aceptable. Y en su interior se dicen: «mejor no mover nada y continuar así, en la zona de confort, que si sale mal será terrible».

Y esta falta de compromiso con uno mismo puede salir muy cara, no responsabilizarse con lo que uno quiere por miedo a cómo será o que no salga bien, es dejar de lado la posibilidad de mejorar, de vivir una vida más acorde con uno mismo, con coherencia con los propios valores y continuar con una sensación de insatisfacción permanente. 

Tú puedes elegir y eres el responsable de sentir que aquello que haces tiene sentido para ti. ¿Vas a seguir procrastinando?

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